lunes, 20 de abril de 2015

Una carta sin destinatario.

La vida duele, nadie dijo que no lo haría, pero nadie advierte que tanto dolería, dudo mucho que alguien esté preparado para decirlo y mucho menos para escucharlo. Por que en ocasiones la felicidad de aquella persona que tanto quieres se encuentra lejos, lo más lejos posible de tu propia felicidad, y es hasta ese remoto lugar hasta donde tienes que ir para que esa persona pueda ser feliz.

Duele quemarse en soledad, tan sólo para poder ver a esa persona feliz. Pero ¿De verdad sólo con eso basta?, ¿Y si ni siquiera pudieras ver la felicidad de esa persona?, ¿Arderías en soledad tan sólo con el pensamiento de que fue lo mejor?, no para ti, sino para ese ser al que tanto se ama. ¿Ella? ella estará bien, le dolerá seguramente, no sé si más que a mí, es probable, pero al final ella es más fuerte que yo, lo superará como tantas cosas ha superado ya. Seré una hoja triste, quizá incluso un capítulo amargo, pero nunca seré su libro, vendrán quienes ocupen mi lugar en las siguientes páginas. Mis lágrimas no las verá y será mejor así; quizá el verlas palidecería su bella sonrisa, su hermosa sonrisa que no veré más, pero que sin duda enmarcaré en mi memoria, la grabaré a fuego y pensaré que en este momento alguien más se las está provocando. ¿Qué amar a alguien significa buscar su felicidad por encima de la tuya? Sin duda, pero nadie advierte de lo doloroso que es amar a alguien.

Ella nunca leerá estas líneas, ella nunca sabrá que la sigo amando, pero que más da, uno no ama para ser amado, ni siquiera se ama para que alguien sepa que se está amando, uno ama por amar, uno ama por amor, y aunque el amor queme y duela, el amor me hace un poco más humano y me hace creer que al final, cuando recuerde ese capítulo amargo en el que aparezco yo, aunque sea por un momento me recordará con un poco del cariño que yo siempre le tendré.

Duele saber que el escrito que le dedico sea este y no cualquier otro, pero el amor no es siempre decir frases bonitas. o querer creer en cuentos de hadas, en ocasiones, el amor es marcharse para permitir la felicidad de una persona. Siento mucho haberte mentido al irme, y siento más que no puedas leer estas líneas, pero seguro será mejor así. Adiós. Te amo.

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